Entramos a la sala, como siempre, mi compañera de películas y yo. Platicamos durante algunos minutos antes de iniciar la función. Siempre es emocionante regresar a un lugar que tenías mucho tiempo sin visitar, en mi caso, tenía meses sin ir al cine.

Luces apagadas, pantalla lista, comienza la película y enseguida nos situamos en otra época y en un escenario mágico. “Call me by your name” se desarrolla poco a poco y cada personaje nos va mostrando algo de sí mismo. A decir verdad, Elio me conquistó desde los primeros minutos así que el inicio fue todo un éxito. Los gestos y el lenguaje corporal de cada personaje me recordaron escenas de mi vida, aquellos momentos en donde debes jugar con la obviedad pero a la vez con la discreción. Es inevitable empatizar con las historias desde los primeros minutos de la trama. En mi caso, lo fue, todos hemos tenido 17 años, esa edad en donde se despiertan los sentidos, te atreves y simplemente haces aquello que sientes.

Así transcurría el tiempo, cada vez todo era más fascinante. Los paisajes, el guión, la adaptación a la época y por supuesto, los actores. Cada uno de los elementos que intervienen en la película tiene un sentido. Y claro, para ubicarnos en el tiempo y el espacio, Elio es un adolescente que vive un romance con un universitario que está de visita en casa durante un corto periodo de tiempo. Pero ¡alto! Esta película es mucho más que una historia gay, en realidad el contexto es el menos indicado para que eso suceda, sin embargo, la vida sólo se vive una vez. Seguramente este es el tipo de coqueteo y romance que a todos nos gustaría vivir. Un amorío apasionado, divertido, entregado y sincero. ¿Quién dijo que no se puede querer en unos cuántos días?

Muchas veces no se debe de explicar con palabras aquello que es evidente que existe. Si lo sientes, vívelo. Esto es algo de lo que sentí y aprendí durante los poco más de 120 minutos que dura la historia. Escena tras escena podrás verte reflejado, yo lo hice y recordé un momento de mi vida en donde fui Elio. No quiero contar más para no revelar parte de la trama, pero no es necesario haber vivido algo similar para empatizar y sentirte casi como ellos.

¿Qué nos enseña “Call me by your name”? Los últimos minutos se convierten en un mar de lágrimas. Aún no encuentro la palabra exacta para describir ese momento en donde se te salen las lágrimas prácticamente de forma instantánea, echas la vista atrás en tu historia personal y comienzas a reflexionar. Ahí entendí todo, porqué es una película tan aclamada y porqué se debe de vivir en el momento presente, entre otras cosas.

¿Cuál es el momento perfecto? ¿Hay que esperarlo o crearlo? ¿Mañana aún estaremos a tiempo? Los cuestionamientos son muchos y seguro resultarán desgarradores cuando veas que no puedes volver a muchos de ellos. Pero lo mejor es darte cuenta de todo lo que puedes comenzar a hacer y disfrutar.

Después de pasar meses sin ir al cine, regresé de forma triunfal, viendo un trabajo que es maravilloso de principio a fin y que te dejará un excelente sabor de boca. Agrégala a tu calendario para verla próximamente y también en las películas que no pueden faltar en casa.

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